Viaje a Croacia

Día 10 Krk - Vrbnik - Stara Baška - Pula (211 Km.)

Krk es la mayor isla del Adriático y una de las pocas de Croacia conectadas al continente por un puente, lo que facilita el acceso en coche. El puente de Krk, una impresionante estructura de hormigón de más de 1.400 metros, permite a los visitantes cruzar desde tierra firme a una tierra de paisajes impresionantes, ciudades históricas y playas deslumbrantes. Conocida como la «Isla Dorada» por su rico patrimonio cultural y su belleza natural, Krk ofrece una mezcla de encanto medieval, aguas cristalinas y excelente cocina local. Con tanto que ver y hacer, estábamos ansiosos por explorar sus joyas ocultas y sumergirnos en su historia y sus paisajes.

Vrbnik

Krk - Vrbnik

(a 14 Km.) Vrbnik: Nuestro viaje por la isla de Krk comenzó en la pintoresca ciudad de Vrbnik, encaramada a un acantilado con vistas al mar Adriático. Este pueblo medieval es famoso por sus estrechas y sinuosas calles, una de las cuales se dice que es la más estrecha del mundo. Paseamos por sus callejuelas de piedra, admirando las encantadoras casas antiguas y las impresionantes vistas al mar. Vrbnik alberga también la iglesia de la Asunción de la Virgen María, un edificio histórico cuyos orígenes se remontan al siglo XIV. Su elegante campanario, visible desde muchos puntos de la ciudad, es uno de los hitos más reconocibles de Vrbnik. En su interior encontramos bellos altares barrocos y un crucifijo gótico del siglo XIII, prueba de la larga tradición religiosa de la ciudad. Vrbnik también es conocida por su vino blanco Žlahtina, una especialidad local. El ambiente tranquilo y el aroma de la brisa salada fueron la introducción perfecta al carácter único de la isla.

Krk - Vrbnik - La calle mas estrecha del mundo

Vrbnik - La calle más estrecha del mundo

(a 20 Km.) Stara Baška: Después de explorar Vrbnik, nos dirigimos al sur, a Stara Baška, donde planeábamos pasar algún tiempo en la bahía de Oprna (Oprna Bay), una de las playas más bonitas de la isla. Sin embargo, llegar hasta allí fue toda una aventura. Tuvimos que dejar el coche a un lado de la carretera y bajar por una empinada cuesta rocosa. La bajada fue un poco difícil, pero la vista de las aguas cristalinas y turquesas hizo que cada paso mereciera la pena. Una vez que llegamos a la playa, nos recibió una tranquila cala rodeada de escarpados acantilados, con suaves guijarros bajo los pies y un agua tan clara que podíamos ver peces nadando a nuestro alrededor. Pasamos la tarde nadando y relajándonos en este paraíso escondido, lejos de las multitudes.

Stara Baska - Oprna Bay

Krk - Stara Baška - Oprna Bay

(a 21 Km.) Krk: Antes de abandonar la isla de Krk, pasamos por la ciudad de Krk, el mayor asentamiento de la isla. Mientras conducíamos por la costa, admiramos las impresionantes murallas de piedra que antaño protegían la ciudad de los invasores. La historia de la ciudad se remonta a la época romana, y su núcleo medieval, muy bien conservado, está repleto de monumentos históricos, como el castillo de Frankopan y la catedral de la Asunción. Aunque no tuvimos tiempo para una larga visita, la vista de sus antiguas calles y su puerto nos hizo saborear su rico pasado. Al cruzar el puente de Krk, que conecta la isla con tierra firme, echamos un último vistazo al mar resplandeciente antes de proseguir nuestro viaje hacia el norte.

Pula - Anfiteatro romano de noche

Pula - Anfiteatro romano de noche

(a 156 Km.) Pula: Nuestra última parada del día fue Pula, adonde llegamos justo a tiempo para ver su majestuoso anfiteatro romano iluminado contra el cielo nocturno. El Pula Arena, uno de los anfiteatros romanos mejor conservados del mundo, es un impresionante recordatorio del antiguo pasado de la ciudad.

Pula - Anfiteatro romano de noche

Pula - Anfiteatro romano de noche

Después de contemplar las mágicas vistas, nos dirigimos a la Pizzeria Jupiter, un popular local conocido por sus deliciosos platos a base de trufa. La región de Istria es famosa por sus trufas, así que no pudimos resistirnos a pedir una pizza de trufa (Tartufo) y pasta con salsa de trufa. Fue la manera perfecta de terminar el día, disfrutando de una comida increíble y reflexionando sobre nuestro increíble tiempo explorando la isla de Krk y más allá.