Viaje a Mallorca

Día 2 Palma - Cuevas d´Artà i del Drach - Barcelona (166 Km.)

(a 80 Km.) Coves d´Artà: Las cuevas de Artá están situadas en la costa marítima del término municipal de Artá, en el Cap Vermell, rodeadas de montañas que se levantan sobre el mar. Han sido visitadas desde tiempos remotos y es muy probable que las conocieran los primitivos habitantes de la isla y los diversos pueblos que posteriormente la habitaron. Franqueada la entrada, de una gran altura, se accede al llamado Vestíbulo o Salón de Entrada, en el que innumerables estalactitas de prodigiosas formas y extraordinarias proporciones penden de una elevada bóveda. Desde allí se accede al Reina de las columnas, altísima estalactita de 22 metros de altura. A continuación al Infierno donde se ofrece un espectáculo de luz y sonido de unos 3 minutos de duración. Del Infierno al Purgatorio y tras visitar la sala del Teatro y el órgano llegamos a la sala de banderas, el guía golpea tres columnas dando cada una un tono distinto, visitamos El Elefante y yendo hacia la salida pasamos por las piedras de Diamantes que debido a su composición a base de carbono semejan gemas.

Coves Arta

Coves d´Artà

(a 22 Km.) Coves del Drach: La exploración científica y rigurosa de las cuevas data del 1896 y se debe al archiduque Luis Salvador de Habsburgo-Lorena que encargó dicho trabajo al espeólogo Eduardo Martel. Constan de cuatro grutas comunicadas entre sí: la cueva de los franceses, la de Luis Salvador, la Blanca y la cueva Negra. Están formadas por el mar (el mar continúa todavía su penetración) y se cree que son del periodo miocénico. Muy sugestivo en este mundo fantástico y petrificado es el lago Martel, cuyas aguas son surcadas por tres barcas iluminadas y ocupadas por unos músicos que tocan, para los visitantes, románticas melodías. El Teatro de las Hadas y el Baño de Venus son algunos de los rincones más espectaculares.

Porto Cristo

Porto Cristo

(a 1 Km.) Porto Cristo: El en un tiempo lejano pequeño pueblo de pescadores, ha mantenido su encanto a través de generaciones. Rodean a su Club Náutico pequeños cafés, tiendas de artesanía y pequeños hoteles llenos de carácter. Su principal atracción turística son las mencionadas cuevas del Drach. También se encuentran las Cuevas de Hams, que ofrecen al visitante la posibilidad de ver unos crustáceos prehistóricos que se mantienen al margen de la evolución de las especies. En Porto Cristo también se puede visitar el Acuario de Mallorca, junto a las Cuevas del Drac, con la flora y fauna mediterránea y de otros lugares y el Jumaica Tropical Park, con jardines tropicales y aves exóticas.

Bahia de Palma

Bahía de Palma

(a 63 Km.) Palma de Mallorca: La Ciutat, como la llaman los mallorquines, se presenta impresionante desde que uno se acerca al puerto. Adornada de yates, palmeras y la Catedral al fondo, brinda una visión mágica, aún más impresionante si cabe a primeras horas de la mañana. La Catedral, llamada la Seo por los Mallorquines, es quizás el signo más distintivo de Palma. Construida entre los s.XIV y XIX tuvo el honor de contar para su reconstrucción con el talento creativo de Gaudí al que se le encargó el interior de la misma. Destacan la Puerta del Mirador, que abre un muro de piedra en dirección al mar. Fue diseñada por el insigne arquitecto Guillén Sagrera, artífice también de la Lonja. En su interior destacan la Capilla Real, la Capilla de la Trinidad y el Museo Catedralicio, que alberga una gran cantidad de obras barrocas, entre otras. La Almudaina es el Palacio Real que fue construido sobre el desaparecido Alcázar musulmán y fue residencia de los primeros reyes mallorquines. La Lonja es quizás uno de los más bellos ejemplares de gótico civil en la zona mediterránea. Hoy día alberga el Museo de Bellas Artes. Fue construido por Guillem Sagrera que lo dotó de un interior fantástico y una bellísima fachada. El Consulado del Mar encierra en su interior una hermosa galería de estilo renacentista, del s. XVII. El Paseo del Borne es el centro neurálgico y corazón del casco antiguo, es una de las calles más animadas de la ciudad. A este paseo, tanto a la derecha como a la izquierda confluyen calles medievales adornadas de palacios y elegantes viviendas del siglo XIX. La gran cantidad de palacios de los s. XVII y XVIII que posee Palma es quizás uno de los aspectos más atractivos de su visita turística.

Catedral de Palma

Catedral de Palma

El tramo entre la Catedral y la Plaza de Cort vuelve a ofrecernos palacios como el de Colom, el de los Villalonga, Oleo, Truyols y el de Oleza. También cerca de aquí encontraremos el Palacio Arzobispal, la Iglesia de San Francisco y los Baños árabes, éstos últimos se pueden contar entre los escasos restos de lo que fue la ciudad en época de dominación musulmana. En la Plaza de Cort se encuentra el Ayuntamiento, con su bellísima fachada del s. XVII y su característico y original tejado. Muy cerca, merece la pena visitar la Iglesia de Santa Catalina, en estilo gótico. El Puig de San Pere es el barrio enclavado en el otro lado del Paseo del Borne, detrás de la Lonja. En él destacan la Iglesia de Santa Cruz, edificada en el s. XIV sobre una cripta del s. XIII; la Casa Weyler, la Casa Belloto y el Palacio de Montenegro. El Castillo de Bellver está situado en la periferia del centro histórico. Fue construido por Peré Salvá sobre una colina, dominando una extraordinaria panorámica. Esta fortaleza defensiva presenta una elegancia gótica en sus formas, cosa poco frecuente en una fortaleza defensiva, sin perder sin embargo la funcionalidad para la que fue construida.